Muchas chicas nos preocupamos demasiado por nuestro físico: que si estamos gordas, feas, tenemos granos, la piel muy seca, celulitis, estrías, puntos negros, pechos pequeños o grandes, poco trasero o enorme. La cuestión que ha todas nos afectan en general las mismas superficialidades, e intentamos remediarlas sea como sea para poder rozar el éxtasis de la perfección.
Abusamos de remedios como la silicona, exfoliantes, cremas hidratantes, medicamentos, gimnasio, liposucciones, maquillaje, etc. Pero no somos lo verdaderamente cocientes de que esos "arreglitos" si los llevamos a un punto extremo o les cogemos el gustillo, nos pasaran factura antes de lo que esperamos y nos durarán para siempre.
Yo he sido una de esas personas que llegan a sentirse acomplejadas, ya que el mundo de la moda nos tiene absortos en un tipo de mujer 90-60-90 y nosotras creemos que debemos de ser así para no ser despreciadas por nadie.
Es deprimente que las mujeres(o al menos la mayoría) nos podamos llegar a sentir así, ya que una mujer no entrada en talla mínimas, puede ser la más bella del mundo.
Y quizás no solo por su físico, si no también por ese órgano vital que late en el interior de cada persona y la hace ser especial con sus defectos y virtudes. Es lo mejor que he nunca he tenido
Source